miércoles, 6 de abril de 2011

escucho

Hago silencio... pienso hasta dejar de pensar, y verdaderamente hago silencio. Escucho mi respirar. Escucho mi corazón... y escucho un poco más allá. Escucho la tierra y su palpitar, escucho al aire al pasar, el agua corre y la luna se muestra brillar. Hago silencio para poder escuchar. La tierra me parece llorar, llora de tristeza y de desolación, llora por la pureza de su perfección, llora por la vida perpetua que yace en su interior, llora el temor a la muerte y nace en una nueva flor. Llora y no deja de llorar, llora aunque el sol y la lluvia cambien de lugar. Llora por ti y por mi, llora por el y por ella. Llora. Y su llanto es dulce y sus lágrimas elevan. Su tristeza es solo mía pues ella es naturaleza, solo vive y se regenera, a pesar de mi llanto y de mi pereza. La tierra vive y me hace vivir a través de ella. Me enseña a respirar, a siempre ser bella. Me enseña a amar como lo hace ella.


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