El frío empezaba a causar efectos visibles, todos titiritábamos y echábamos humo al respirar. Llegábamos ya a donde planificábamos acampar luego de que el viejo auto de uno de los muchachos decidiera no seguir rodando. Tenían razón, no fue mucho lo que caminamos para llegar allí, y el campamento que esperamos encontrar por lo menos con un par de carpas estaba, afortunadamente, totalmente vacío. Sin discutirlo mucho procedimos a armar las carpas, dos pequeñas y un poco más grande. Al terminar, las otras dos chicas fueron directamente a dormir, mientras los muchachos iban a fumar. Decidí ir a caminar, tome la linterna y me dirigí en dirección al sonido del agua, unos pasos más adelante comenzó un descenso, utilicé la linterna, un poco en contra de mi voluntad, pero la precaución por miedo había prevalecido. El terreno se hizo plano de nuevo y apagué la luz artificial. Mis ojos buscaban la fuente del sonido, allí estaba, una hermosa cascada, que a la luz de la luna y luego de un día de grandes lluvias, se presentaba con una fuerza indescriptible. La belleza del lugar me extasiaba a cada segundo. La esencia que se respiraba era una mezcla de flores, rocío, agua, madera y magia.
El constante sonido que emitían las aguas era como si el río cantase un mantra infinito en el que podías viajar a cualquier rincón del universo. Quise cerrar los ojos para meditar, pero la belleza del sitio se encargo de mantenerlos abiertos. Mi respiración se perdía en las ondas que emanaba la inmensa cascada. Sentía la vibración de ese sitio cada vez más fuerte, como si mi frecuencia y la suya se estuviesen sincronizando. Yo me diluía en un profundo Amor que se intensificaba de un segundo a otro. De repente mi ángulo de visión era otro, estaba viendo el espectáculo desde arriba, pero... también desde abajo, ¡y desde adentro!, podía verlo todo en ese sagrado lugar, era todo. Las tonalidades de la noche empezaron a .parecer tan irreales, ¿realidad?, si bueno, tal vez tan reales por primera vez, creo. Todo tenía un leve toque tornasol, y una luz sin origen iluminaba el sitio. Pequeños focos de luces de colores bailaban al compás de una música orquestal que quien sabe de donde saldría, yo la escuchaba. Disfruté sabiendo que los elementales danzaban para mi. No pude contener mi emoción estallando en risas, mientras más reía más colores aparecían y se unían a aquella maravillosa danza. Todo se llenaba de más y más luz, hasta que, en fracciones de segundo, esa luz se extendió y recorrió todo lo que pude ver o siquiera imaginar, como un rayo o una explosión de luz sin origen.... Era frecuencia vibratoria tan alta que me costó regresar a un ritmo cardíaco y respiratorio estable. Me sentía ahora llena de paz y AMOR.
Me encontraba de nuevo sentada frente a la cascada, respiré profundo tres veces, eso había sido tan hermoso, pero, ¿que fue? una explosión de AMOR, eso era. Cada pregunta que me hacía se respondía al instante en mi cabeza, me llegaban las respuestas antes de siquiera hacer preguntas. Y acaso la luz, el centro era... ¿yo?, si "yo" generé esa explosión, lo entendí todo. No podía moverme aun, estaba radiante. Empezó a darme frío, tomé aire tres veces más y decidí ir al campamento, no utilicé la linterna en el camino de regreso. Llegué, unos dormían, otros fumaban. Agarré mi cuaderno y la armónica, y caminé en otra dirección a esperar el amanecer... Hace frío.
k 2004
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