...+*kAmino de estrellas*+..
miércoles, 15 de febrero de 2017
Crecer en la oscuridad
Después de varios años sin entender mucho de lo que sucedía dentro de mí, parece que se me esta aclarando un poco la visión.
Me doy cuenta que he estado inmersa en la confusión, porque me estoy fusionando, que estaba un tanto perdida porque perdí mis líneas para que pudiera ser dibujada una nueva yo, que me llené de miedo para hacerme más grande de tanto querer tener otros sentires.
Me doy cuenta que estaba en la oscuridad por estar echando raíces, buscando muy adentro nuevos nutrientes mientras mis hojas se caían en el exterior y lo que conocía de mi misma se iba volando en el recuerdo del viento. Encontré capas profundas de abonos olvidados, piedras acorazadas llenas de minerales por romper para nutrirme, cristales resonantes de fortaleza para no perder la luz en la oscuridad del enraizamiento.
No es tarea fácil, menos aún cuando me pensaba a mi misma hoja al viento, y me fui en el aire, y me quedé aquí sin mí, sin la yo de siempre. Sólo conmigo, aunque distinta, y mi decisión de crecer como árbol.
Hoy sigo fortaleciendo raíces en la oscuridad.
¡Uf! Que bueno haberme enterado.
domingo, 1 de enero de 2017
Nuestro Parto.. contado por papá
Esta es la historia de nuestro parto, un acto sagrado, una
ceremonia, una gran celebración, un suceso que cambia muchas rutas neuronales,
abre portales dentro de ti y quedas asombrado del milagro de la vida. El
nacimiento es un milagro, sea en casa, en hospital o en la jungla. Solo quiero
compartir mi experiencia, no quiero hacer sugerencias para alguien que nunca ha
parido o que no sabe cómo quiere parir, todas estas palabras nacen de la
necesidad que tengo de aportar mi historia ante la poca y a veces mala información
que hay sobre parir en casa, hospital, clínica, sobre parir, sea como sea.
Vivimos en un pueblo en donde el hospital no acepta madres
primerizas porque son “parto de riesgo”. Las mandan a la ciudad más cercana,
que una queda a una hora y media de camino, o a otra, con mejores servicios, a tres
horas de camino. A ambas ciudades vas con la incertidumbre de que si llegas de
emergencia no sabes si te van atender, si tienen las herramientas de trabajo y
un sinfín de variables al respecto que incluye el transporte hasta allá (una
realidad particular de este momento histórico que vive Venezuela). En nuestra
finca el carro no llega a la casa, además, para llegar a la aldea donde vivimos
hay que atravesar una quebrada con una subida estridente que cuando caen los
palos de agua fuerte fuerte (una vez al año, dos veces al año, incluso una vez
cada dos años) nadie puede pasar, ni carro, ni moto, ni bicicleta, ni caminando.
Un domingo hablando con mi madre por teléfono (con 41
semanas y cuatro días) le contaba que si llegábamos al viernes (42 semanas) tendríamos
que irnos a la ciudad para estar más tranquilos todos, colgué el teléfono, fui
al cuarto y Kalia me dice “creo que empezaron las contracciones”- ¡Sí!
Una semana antes ya estaba saliendo el tapón mucoso y las
puertitas por donde pasa bebé ya estaban muuuuuy abiertas, me quedaba
sorprendido del tamaño. Ya habíamos coordinado una partera, buscamos mucha
información al respecto, estudiamos arduamente (especialmente Kalia) durante
nueve meses sabiendo que a la hora del parto nada de eso funciona más que todos
tus sentidos, neuronas, guías físicos y espirituales son los que ayudan en esta
situación. Lo ideal es el confiar, confiar y confiar. Los médicos, comadronas,
parteras, doulas, todos los especialistas en el área, que tienen las
herramientas y un equipo, saben lo difícil que es, pues no se sabe nunca jamás
con que se van encontrar en cada parto, en cada milagro, no lo saben. ¡Por eso
es más importante confiar!
Las llamadas “dificultades” del parto vienen dadas por el acto
sagrado que representa, todo acto sagrado lleva una intención sagrada hacia
adentro y hacia afuera, conectadas entre sí, con todo y con el todo. Ese acto
sagrado es como hacer el amor, hay intercambios de todo tipo en esas conexiones,
por eso en un parto todos tienen que estar allí conscientes, conectados,
entregados, no existe el miedo, es amor puro, es puro amor.
Armonizar los seres que te gustaría que estén en tu parto no
es tarea fácil, ya que sabes que tienen todos que conectarse, todos confiar,
todos estar dispuestos y estar cerca porque el milagro llega en cualquier
momento y hay que estar atentos para que las cosas sucedan. La confianza sigue
siendo clave, porque el ideal es un juego. Uno se hace un dibujo de cómo le
gustaría que sucedieran las cosas y muchas veces cambian una pieza y se pone
borroso el dibujito.
Durante todo el embarazo supe que venía una partera, lo cual
me daba paz, saber que ese día iba a estar una persona altamente experimentada
para el viaje ceremonial que implica. Durante varios meses las personas más
allegadas me preguntaban si yo iba a recibir a la bebé, como si eso fuera algo
lógico por ser el padre. Responsablemente me daba pánico la acción, además
contaba con la presencia de una partera con cientos de partos de experiencia a
mi lado, sabía que la experiencia es clave. Pero no descartaba la posibilidad
de que así fuera, de que yo la recibiera.
En la semana treinta y ocho escribe nuestra partera “sé que
me vas odiar el resto de tu vida y lo aceptaré, pero no puedo asistir a tu
parto”. Nos dijo que la podíamos llamar o escribir, que nos manda millones de
bendiciones y que estaba convencida de que nosotros podíamos asistir ese parto.
La noticia fue amarga, pero dio fuerzas al hecho de que éramos nosotros los que
teníamos que recibir a ese ser que llegaba.
Un parto es un universo único y momentáneo vivido por los
presentes, que mueve todas las fibras del cosmos. Te hace volver a tu
nacimiento, a cómo naciste, dónde naciste, a tus relaciones familiares. Es muy
sano saber cómo llegaste, ¿qué pasó ese día?, ¿Tomaste teta?, ¿Cuánto tiempo?, ¿Por
qué te destetaron?, ¿Cómo fue el proceso? Encontrar éstas respuestas y mucha
otra información de tus primeros meses dentro de la barriga y fuera de la
barriga codifica y modifica tu templo, tu máquina, tu cuerpo, tu vida. Como
quieras llamarlo. Bendita sean todas las madres, las respeto enormemente. Las
madres están sentenciadas a ser valientes guerreras para ser madres, los padres
tenemos la elección de serlo o no.
Kalia me da la noticia de que empezaba el trabajo, me
emocione porque ya estábamos esperándolo, en ese momento estábamos la mamá de
Kalia, Kalia y yo. Todavía no queríamos avisar a dos amigas y un amigo (que
fueron las personas que consideramos que podían aportar las energías necesarias
para el acto) porque a ciencia cierta nunca se sabe cuánto puede durar un parto,
las variables son infinitas. Comenzó suave, suave digo yo que lo estaba
observando. En cada contracción estuve con ella, a su lado, apoyándola. Da
mucha sanación y fuerza que la pareja este a su lado en cada momento. Cuando
hicimos a la bebé estuvimos juntos y fue muy lindo, y así fue también su
llegada. Deben estar juntas las parejas al momento de parir, hay algo energético,
como una especie de “qui” que uno le puede pasar a la madre, y si vivieron el
embarazo juntos, en armonía, más “qui” a la hora del parto. Eso es lo que
necesita la madre, energía amorosa en ese momento tan celestial.
Comenzó la lluvia, comenzó la tormenta repentina, en menos
de tres horas la cantidad de agua que caía no era normal. Los amigos a los que
queríamos avisar, pensamos que no iban a poder llegar. La lluvia fue tan fuerte
que el agua empezó a entrar del piso del cuarto de parto, brotaba agua del
piso. Contracciones, ráfagas de luz, y con un coleto sacando agua del cuarto
entre la abuela y yo. Kalia respirando. Bajó la tormenta y llamamos a los
amigos, seguía la lluvia. Uno de los amigos se fue por la montaña de noche, por
unos caminos que conectan nuestras fincas, con lluvia, sin linterna, para poder
llegar en caso de que la quebrada impidiera el paso del carro por la carretera,
no podía contener la emoción de asistir al nacimiento. Las chicas contaron con
el apoyo de otro amigo que las pudo traer hasta el portón. Ya estaba todo el equipo,
pero nosotros todavía seguíamos en el cuarto queriendo nuestra privacidad,
disfrutando de nuestro proceso. Luego de un buen rato llamamos a las chicas
para que entraran energías nuevas y alentadoras, inmediatamente trajeron una
ponchera con agua a temperatura ideal, que no era para parir sino para relajar
la zona de trabajo. Todo iba maravillosamente bien.
En la semana 40 yo estaba tratando de entender cómo es que
iba a parir en mi casa, sin carro a disposición, sin hospital adecuado cerca,
sin partera, pero jamás dudé de nuestra responsabilidad ante el parto. Cuando
trabajamos nuestros miedos al respecto y evaluamos posibilidades de dónde parir
nos dimos cuenta que los doctores no tienen el tiempo para pasar 24 horas de
parto pues tienen hijos, consulta, esposa, vida social, vacaciones, etc., entonces
se ven obligados a despacharte rápido. Tampoco saben cómo te vas a portar en el
parto, entonces para ellos es mejor una cesárea programada. Hay demasiadas
variables: una mujer puede pasar dilatada quince días o más, muchas veces al
padre lo dejan por fuera, la madre no recibe el trato que se merece una
parturienta, la posición acostada no es la mejor posición, es una de tantas.
Evaluamos todo esto que ocurre en las clínicas convencionales (porque los cuentos
de hospitales son un poco más complejos, y no viene al caso, no se trata de
hablar mal de hospitales y clínicas sino de lo que sentíamos de sus políticas y
protocolos).
“El mundo comenzará a cambiar cuando cambiemos nuestra forma
de nacer”. El mundo necesita cambios urgentes y este aporte pudiera ser uno de
gran valor, una ceremonia al nacimiento, así como cada cultura tiene una
ceremonia sagrada y de alto respeto hacia la muerte, tenerla hacia el
nacimiento es fundamental. Sabíamos que si bebe estaba en buena posición, los exámenes
de sangre, orina, estado de salud en general todo estaba en orden, lo ideal era
parir en casa. Si había alguna pieza fuera de lugar, como pasarse las semanas,
una posición difícil, etc., como primerizos hubiésemos ido a donde los doctores
a que hicieran su trabajo, pero cuando las condiciones de salud lo permiten,
los partos pueden ser en casa perfectamente con una responsabilidad adecuada (en
Francia por ejemplo es obligatorio una ambulancia al lado del lugar del parto
cuando es fuera de un centro médico).
Confiar es la herramienta sagrada de la creación. El control
y el confiar, la línea de equilibrio de estas dos acciones es muy delgado y que
se entrecrucen es lo normal. El confiar te da fluidez, flexibilidad para el
volar y el control te da la seguridad necesaria para atravesar los caminos que
quieras caminar. Las dos cosas son importantes. Es mejor generar seguridad a
través de la confianza y no a través del control, y mejor ganar el control a
través de la confianza y no desde tu zona de confort.
La bebé aun no coronaba, las horas pasaban y el cansancio de
Kalia se notaba, las quejas comenzaban a llegar. El color de la pintura se
tornaba más marrón, perdía colores. Las chicas daban sus consejos, masajes,
mensajes, palabras, flechas y sobre todo chistes ja ja, ninguno me daba risa. El
tiempo se acababa, pero la confianza nunca la perdimos. El mensaje de la
tormenta fue muy claro, y la comunicación con nuestra bebé siempre estuvo, desde
antes de quedar embarazados. En un par de pujadas inolvidables la bebé logro
coronarse, ¡ufffff! Comenzaban las imágenes inexplicables, energías corriendo
por todo tu cuerpo, el tiempo empieza a deformarse, todo es más elástico en ese
momento, como en cámara lenta, cada palabra y movimiento es tan importante y
delicado que son valiosos y apreciados hacerlos desde el amor y
constructivamente.
En la semana 40 hablando de cómo sería nuestro parto
mientras leíamos las fabulosas historias de Ina May, una partera de fama
mundial, (había que estar leyendo al respecto, viendo videos una y otra vez,
para no descuidar nada), pude ver lo sagrado que son las puertas de bebé para
la luz, lo mágico de ese portal, no es una zona de placer solamente. Kalia me dijo:
“tienes que dejar de ver la vagina como siempre la has visto, tienes que
empezar a verla como algo mágico que no solamente hace lo que tú sabes que
hace, sino que además de eso tiene la función de la creación, son las puertas
de la luz, de la imaginación, de la creación de la vida misma”. Pueden imaginar
la sensación que generó en mí dicha explicación, a sabiendas que yo era el
partero. Desde entonces la vagina no representa lo mismo para mí.
Kalia, ya coronada, decide sentarse-recostarse para parir y
yo me puse en mi posición de recibimiento. A lo que le dicen vagina era otra
figura que no lograba entender su forma del todo. Sale la cabecita, pero con
dos vueltas de cordón. Una de las amigas logra darse cuenta inmediatamente y me
da la noticia, todos tranquilos porque no es de asustarse sino de actuar al
momento con suma tranquilidad, entre las muchachas lograron darle vueltitas
para continuar con su camino. En la siguiente expansión sale su cuerpecito. El
milagro en tus brazos, pero allí no termina el parto. El parto tiene tres
partes, 1-las expansiones necesarias para que bebé salga (trabajo de parto)
2-salida del bebé, 3- salida de placenta, y a veces la importancia de este último
es olvidada por la emoción del número dos.
Después de salir bebé el
sentimiento es de ternura, agradecimiento, honradez, virtud, alegría, amor,
alucinación, magia creada y vivida, paz mucha paz. Todas las conciencias de los
presentes suman una vibración magnética que se puede sentir con facilidad, es
muy alta la resonancia del momento, se abre un portal del tiempo, puedes acariciar
lo que llaman milagro. Estás en presencia de una semillita que acaba de salir
del agua y entrar en tierra a conocer la luz. Esa metamorfosis es realmente
indescriptible, normalmente todos andan con la boca abierta, el sonido de los
corazones de todos es hermoso. El tiempo se detiene, como si estuvieras en un
lugar lleno de arco iris de todas las formas que atraviesan todas las almas, a
tu alrededor nada existe, tratas de ver más pero no hay más nada, ya todo está
ahí, en los brazos de la madre. Todavía no sabíamos que era niña, la prioridad
era otra.
Comienza a salir el cordón, era largo, la imagen se me hacía
muy inexplicable, ver como una cuerdita sale de la vagina como truco de magia,
con vida propia. El cordón es el canal que conecta a bebé con la placenta. Luego
de cinco minutos sale la placenta y cae directamente en un bol de acero
inoxidable. Oficialmente el parto había terminado, pero siempre hay muchos
detalles en la ceremonia que hay que observar, como saber cuánta sangre sale, pues
a partir de cierta medida se considera hemorragia, o saber si hubo rasgadura y
de qué tipo, para saber si es necesario suturar, darle teta al bebe, si logra
agarrar el pecho, y así cinco millones de cosas más, de igual o mayor
importancia.
La placenta, hasta ese momento, es la madre de bebé, lo alimenta,
sustenta, da, cubre cualquier necesidad que tenga la semillita, como lo hace
cualquier madre. La verdadera madre simplemente los lleva consigo, ella es la
encargada de darle comida a la placenta. Las condiciones de bebé son tan
distintas, vive en el agua, en un ambiente de temperatura ideal para su
desarrollo, absolutamente oscuro. La madre es el océano que lleva esos
pececitos a fluir en vibraciones de luz. Una vez que termina el parto, la
placenta muere a los pocos minutos, al salir del cuerpo de la madre no tiene
forma de seguir existiendo.
El parto termina, pero la ceremonia sigue su curso. Bebé
está con su madre, pero sigue conectada a placenta, y así como hay muchas
formas de parir existen muchas formas de separar esta conexión, la forma
convencional de hospitales y clínicas es la de cortar el cordón inmediatamente
que sale de la mamá por “razones de seguridad”, pero están invadiendo la
conexión que tiene bebé con su placenta. Esperar 5 minutos no entorpece el protocolo
pautado
En los partos en casa se suele esperar unos minutos para
hacer esta acción cuando placenta haya finalizado todas sus funciones, a veces
esperan cinco minutos, otras veces esperan veinte minutos. Nosotros éramos seis
adultos en la celebración, y entre tanta borrachera de oxitocina nos tomamos
como cuarenta minutos. Los niveles de voltaje de energía son sumamente altos,
estás en otra dimensión, de hecho, a esta altura ya llevas muchas horas en otra
dimensión. Es un viaje espiritual.
Para el momento de separar la
conexión entre la bebé y su placenta previamente habíamos decidido hacerlo de
una forma ritual. Para nuestros entendimientos la placenta fue su mejor
compañera durante esos nueve meses, casi diez. Es muy profundo nuestro sentir
en esta parte de la ceremonia. Puro amor, es algo nuestro, todavía no existen
las palabras para esta parte de la historia. ¡Todo salió muy bien y después de
un año su ombligo está perfecto!
Llegó el momento de brindar los seis presentes con un
juguito de tomate de árbol, lechosa endulzado con pedacitos de placenta. Finalmente
sentíamos que la ceremonia estaba por terminar, y nosotros tres empezábamos un
camino hacia mar adentro, a navegar en los océanos del universo, de una nueva
familia.
sábado, 8 de agosto de 2015
888
Seamos testigos cósmicos!...
Sintamos las energías del universo abrirse en portales que nos traen revoluciones internas, despertares invocados y llamados estelares... seamos sensibles a los movimientos de los astros más allá de nuestra visibilidad, que con sus corrientes magnéticas nos alinean desde el más allá del infinito para seguir la danza de la música perpetua del universo... escuchemos el llamado, el pulsar que desde años luz de nuestro planeta hace vibrar nuestros corazones al unísono con millones de corazones de toda la existencia. .. la fuerza del cosmos vibra en ti y en mí, somos estrellas bailando sin fin....
888 un portal de triple infinito nos abre las puertas a dimensiones secretas, otro anuncio de este nuevo amanecer. ... bienvenido el porvenir de la luz...
martes, 9 de junio de 2015
Misiones cósmicas.*+.. Kristales 2012
De una misión cósmica de tres lunas en dos meses...
Hace ya algunos años, en los días de la luna llena de julio, pasó por Venezuela el recorrido Harwitum por primera vez. Un muchacho argentino llamado Matías De Stefano que está siguiendo ciertas indicaciones de su Ser Cósmico para participar conscientemente en la activación y movimiento de la energía de la Kundalini de la Tierra. Me enteré de esta visita el día antes que sucediera y mi ser resonó con ella, decidí participar. El día del encuentro Harwitum en el Waraira Repano muchas cosas se alinearon y fácilmente llegué con unos amigos al lugar del evento.
Preguntas, respuestas, reflexiones interesantes internas y
externas. Dibujo en mi libretica roja mientras escucho sobre evolución cósmica,
humana, ciudades intraterrenas... nada nuevo, pero con un orden y una vibración
impecables. De esas que resuenan con las propias historias.
La energía del Waraira se hace sentir, está allí,
maravillosa, diversa, colorida, amable y ruda.
Al hablar de lo que haríamos esa tarde, Matías empezó a
hablar del triángulo energético tan fuerte que se encuentra en este país entre
los Andes, el Waraira Repano y la Gran Sabana.
Días antes recordaba con mi mamá la vez en que mi hermano
Loi se propuso sembrar cristales de cuarzo en el pico Bolívar de Mérida, el
pico Naiguatá en el Waraira, y el monte Roraima en la Gran Sabana, para darle
fuerza a la energía que conectaba estos puntos como fuentes de luz. Loi logró
sembrar algunos antes de morir, pero se fue de este plano con varias cosas en
proceso. Sentí la necesidad de contar la historia de esta activación hecha hacía
unos nueve años atrás, mientras mi corazón latía fuertemente y mi espíritu no
me dejaba guardar la historia para mi misma, y así lo hice.
Luego, continuando con el evento, dibujamos sobre la arena
con cristales de cuarzos, amatistas, talismanes y objetos de poder una
latinoamérica situada entre constelaciones estelares que nos guían, realizamos una meditación sonora para canalizar la energía que sostuviera la activación
del propósito que Harwitum manifiesta. Mucha vibración, conexión, elevación.
Al atardecer, finalizada la meditación de resonancia,
recoger los cristales del mapa-mandala fue una pequeña odisea, algunos no
regresaron. Matías me llama entre la gente y me entrega un cuarzo cristal
diciéndome que ese cuarzo había recorrido el mundo entero, y que había sentido
que debía arrojarlo en algún lugar de las faldas del Waraira, pero en cambio,
me lo entregaría a mí pues yo sabría que hacer con él, me recomendaba sembrarlo
pues traía mucha energía de muchos lugares y ese era su mejor destino. Así lo
sentí yo también, supe que una nueva misión empezaba.
Esa noche regresé a casa a contarle todo a mi mamá e
invitarla a participar en el encuentro con Matías, que sería al día siguiente
en el Lago de Valencia. La emoción y energía con la que recibió mi mamá la
historia de mi día fue mágica. Supo también que una nueva misión empezaba. El
domingo empezó temprano y muchos nos encontramos en el peaje de Maracay para definir
el lugar a orillas del lago al cual iríamos. Como si conociera el camino,
Matías guió la caravana de carros hasta un espacio que permitiera reunirnos
para hacer el trabajo que nos proponíamos hacer. En ese trayecto pasamos por
lugares y poblados muy humildes, haciendo que las miradas voltearan con
extrañeza ante la larga hilera de carros que pasaban frente a ellos. Sea como
fuere nuestro paso no fue desapercibido.
Este día también fue muy bonito y vibrante, disfruté ver a
mi mamá tan conectada con la misión y
con la gente. Algunos se acercaban pues recordaban la historia de mi
hermano Loi y con amor manifestaban
interés y conexión con la vibración de nuestra historia. Esta vez nuestra
latinoamerica de ramitas y cristales fue mucho más grande. La cordillera de los
andes estaba hecha de cristales de cuarzo, el norte del mapa repleto de
amatistas inmensas y símbolos de poder, una gran piedra de jaspe de la Gran
Sabana que mi mamá había llevado expresamente para que “hiciera su trabajo”
pulsaba en la parte del mapa de Argentina, la mujer embarazada, junto a cuarzos
rosa, verdes, citrinos, y muchos más. De nuevo hicimos una meditación sonora,
esta vez junto a la activación de todas las llaves de poder que quedaban por
entregar en la misión Harwitum. En algún momento, mientras meditábamos
canalizando energía hacia el lago, Matías entregó las llaves a varias personas
para que las lavaran con el agua de este contaminado lago. Con una de las
llaves en mis manos, jugaba a reflejar el sol en mis ojos recorriendo la forma
de esa llave dorada, como tratando de grabar esa clave a través de mirada en
lugares muy profundos de mi ser. Culminamos la meditación al ritmo del tambor
de Alexander y cantos de conexión a la Pachamama, AYU HUNAB KU EVAN MAYA EMA
HO. Cuanta gratitud vibraba en los corazones de todos, el viento, los pájaros,
el agua, respondían a nuestras pulsaciones.
Ya desde un tiempo antes ambas teníamos programado viajar,
mi mamá iba a la Gran Sabana a visitar a mi papá, y yo me iba, escuchando a las
estrellas y al corazón, a La Azulita, en Mérida, a encontrarme con Nacho. La
misión fue obvia. Mi mamá escogió dos de las semillas de cristal activadas
durante el trabajo en el Lago, sabíamos que cada una de ellas sería sembrada en
uno de los puntos de luz al igual que el cristal que me dió Matías, que
regresaría al Waraira después de mi regreso de Los Andes. La misión se fue
haciendo tan presente por si sola que no puedo decir que se nos ocurrió en
algún momento, simplemente teníamos cada vez más consciencia de ella.
A los pocos días salí de viaje, con una odisea de llevar
a una gatita, Kariká, para la casa de
los amigos a donde llegaría en La Azulita.
Al atardecer estábamos en un autobús
Nacho, Kariká y yo, y aun quedaban horas de camino. Empecé a contarle a
Nacho todo lo que había sucedido en esa visita al Waraira. A medida que contaba
la historia, con los rayos del atardecer entre los árboles de cacao que bordean
la carretera hacia La Azulita, observaba el despertar en él del conocimiento de
la labor, y que como nosotras, sabía que empezaba una nueva misión. Una hermosa
aventura de montaña estaba implícita para mí en estas misiones, ¿y cómo no? si
Loi en su historia casi pierde dos dedos por estar escalando picos helados
buscando el lugar mágico para las valiosas semillas de cristal. Tenía que
esforzarme en llevar a un lugar sagrado estas semillas de cuarzo, lo cual hacía
aun más hermosa y divertida la tarea.
El plan fue conocer las rutas de la Mucuy, un Parque
Nacional de hermosísimas montañas con ríos prístinos y lagunas mágicas. La
travesía sería pasar por la Laguna de La Coromoto y dependiendo de las
condiciones, tanto nuestras como climáticas, seguiríamos a la Laguna Verde. La
luna llena determinó el momento para esta aventura, y mientras crecía la luz
del astro nos preparábamos energética y logísticamente para ello.
Con la ayuda e indicaciones de varios amigos llegó el
momento de empezar a subir por un camino hermoso, de selva nublada, con miles
de verdes, flores galácticas y sonidos espaciales. Muchos remolinos emocionales
y mentales me acompañaban en la subida, habían pasado tantas cosas en los
últimos días, los últimos meses, los últimos tiempos, sentía que los depuraba,
que me desintoxicaba de todo drama, de toda perturbación de mi ser.
El camino no fue fácil, empezamos a subir más tarde de lo
que nos habían recomendado, y confiándonos de la luna llena caminamos sin parar
mientras llegaba la noche. Empezó a llover, y el frío, aunque estuviésemos en
movimiento, ya empezaba a calar más profundo de lo que aguantábamos. En un
momento, nos encontramos un río en el medio del camino, y aunque era pequeño
comparado con los pasados más temprano, con la lupa del cansancio se hizo un
obstáculo más grande que los anteriores. Ya sentíamos que era el momento de
detenernos, los pasos se hacían torpes y los bolsos más pesados, y como una
señalización de la naturaleza el camino se llenó de troncos que nos hicieron alumbrar a nuestro alrededor para
encontrar una cuevita lo suficientemente amplia para un necesitado descanso,
que terminó siendo la noche entera.
Al día siguiente, cuando el calor del sol empezó a hacer
efecto en el bosque nublado continuamos nuestro camino. La Laguna de la Coromoto es un hermoso lugar de aguas verdes, lleno de
plantas y rocas, está llena también de lugares para acampar, elegimos uno
bastante íntimo en donde llevar a cabo el ritual que nos disponíamos a
realizar. No seguimos adelante hacia la Laguna Verde pues nuestra carpa se
rompió, y más arriba el clima sería más intenso, era allí. Tuvimos la
oportunidad de acompañar la siembra del cristal con una suave ceremonia de
ayahuasca, por un concentrado que yo había preparado unos meses antes.
Escogimos un lugar para consagrar, sembrar el cristal y realizar unas ofrendas
a la naturaleza del lugar. Hizo mucho frío, pero la experiencia fue muy
agradable, y en mi cabeza sonaba una canción sencilla que decía:
El corazón de esta tierra me habla, el corazón de esta
tierra me habla,
Aprende a mirar, escucha tu interior y sigue tu respirar
El corazón de esta tierra me llama, el corazón de esta
tierra me llama,
Vuelve a palpitar, siguiendo tu verdad y las estrellas
podrás tocar
El corazón de esta tierra me sana, el corazón de esta tierra
me sana,
Hoy puedes llorar, hoy puedes reír, hoy puedes contigo ser
feliz
Agradecimos infinitamente a los guardianes de ese lugar por
resguardar el portal de cristal que estábamos invocando, y más información de
nuestra misión se revelaba con cada uno de nuestros pasos y cantos.
Por su parte, mi mamá reunió a la familia allá en la Gran
Sabana en esa luna llena en un círculo sagrado de fuego que tiene frente a su
casa, que queda en una montaña resguardada por un bosque. Con la medicina de la
familia se dispusieron a realizar la siembra del cristal en un punto de luz con
los permisos y bendiciones de los guardianes de las tierras sagradas de la Gran
Sabana.
Este mes tuvo una característica muy especial, hubo una
segunda luna llena ese mismo mes, la llamada luna Azul, cuando nos enteramos
supimos que la tercera semilla de cristal debía ser sembrada en ese momento
cósmico, así que empezamos a planificar nuestro regreso a la capital para el
ascenso al Waraira Repano.
Justo el día antes de
partir acepté un regalo muy particular, la realización de un tatuaje en mi brazo,
una flor que siempre ha acompañado mis caminos, cuando terminábamos, y bajo la
influencia del ayuno, me desvanecí por unos instantes en la silla. Lo que para
mis amigos fue un corto desmayo, para mí fue una visita a un lugar fuera de
este planeta en el que varios seres de distintas formas y colores estaban
reunidos para hablar sobre los cambios que vendrían para la Tierra y su
energía. Lo que recuerdo de esa reunión es la siguiente información:
La rejilla magnética planetaria que ha sido mantenida alrededor
de Gaia (planeta Tierra) para su resguardo será levantada, los grupos que la
sostenían, como la Federación Galáctica, han cumplido su misión y han aceptado
nuevas labores de custodia. Esto sucede ya que el cambio que está viviendo el
planeta le permite impulsar desde su centro su propio campo magnético, ya posee
la fuerza para elevar su magnetismo y garantizar el resguardo de la vida en su
interior. Este proceso no es inmediato, tomará varios años. Será alimentado por
muchos movimientos, despertares y activaciones que vivirán los seres que
habitan en ella. Uno de estos movimientos es el de la siembra de cristales, que
aportarán energía al fortalecimiento del sistema inmunológico de Gaia, y con
ello al empoderamiento e impulso de su campo magnético. Se ha de sembrar mucho
para compensar el desequilibrio del extractivismo terrestre, y la anemia
planetaria que ello conlleva. Han de sembrar sus sueños de consciencia,
semillas puras, cristales programados, sangre de luna de mujeres despiertas,
lágrimas de agradecimiento, y pasos benditos.
Y desperté, sintiéndome bendecida y llena de agradecimiento,
lista para continuar la misión de sembrar semillas de cristal más allá de la
próxima luna, muchas lunas y soles más.
La tercera semilla fue sembrada durante la Luna Azul en el
pico Naiguatá, de nuevo en un ritual rodeado de la mística medicina y la mágia
de la montaña. Esta experiencia trajo para mi mucha claridad, y la visión de una nueva etapa que comenzaba para mi vida.
La bendición del amor puro que nace dentro de uno mismo, y que antes de
dirigirlo a cualquier otra persona, arde con su luz sanando en el interior. Ese
amor vive en nuestro planeta y se manifiesta a través de la vida que es capaz
de albergar, nuestra biodiversidad es la prueba de lo infinito del amor de
Gaia, honremoslo aprendiendo a vibrar amores cósmicos, agradeciendo y
respetando la vida en todas sus formas, dentro y fuera de nosotros, abrazando
una Fuerza Mayor que nos aclara las visiones y nos afina los sentidos para
danzar al compás de las melodías cósmicas.
Desde entonces han llegado más y más cristales a mi camino
para ser sembrados en aguas o montañas y aporten así su luz a la gran fuerza de
Gaia que cada día se hace más presente para todos sus hijos e hijas. Me siento
infinitamente honrada y agradecida a la vida por abrirme las puertas a esas experiencias,
que han dejado en mí hermosos aprendizajes y conexiones que me guían en el
eterno camino de la consciencia y de la luz.
jueves, 9 de abril de 2015
Equilibrio
Una clave fundamental en la experiencia de una vida bonita es la búsqueda del equilibrio. Desde que nacemos empezamos a aprender a encontrar diferentes balances, desde poder sostener nuestra cabeza, poco a poco reconociendo nuestro centro de equilibrio corporal hasta caminar y tener dominio de nuestro cuerpo. Así mismo sucede con nuestras emociones y vibraciones, que poco a poco vamos aprendiendo a reconocer y a lidiar con ellas. Y así en el corto tiempo de la vida humana hemos de hacernos maestros del arte de encontrar el centro, el punto de equilibrio, el balance. En cada pensamiento, cada reacción, cada visión existe la posibilidad ir moviéndonos de los extremos hacia el interior, hacia el punto en el q se encuentren todas nuestras personalidades, en donde el mundo exterior y el interior están en acuerdo, en armonía.
El Buda Gautama nos explicó acerca del camino del medio como la vía a la iluminación, y es este camino del medio el punto de equilibrio entre las energías opuestas que llevamos dentro de nosotros mismos. Es a través de la experimentación del equilibrio que se logra manifestar una vida de consciencia. No hay caídas en este proceso pues somos infinitos en todas las direcciones, y el centro está dentro, en el centro, en nuestro corazón. Cuando nuestra energía se asienta en nuestro centro de equilibrio, todo lo que gira a nuestro alrededor queda suspendido en su órbita por las fuerzas magnéticas del corazón, como los planetas al rededor del Sol.
domingo, 10 de agosto de 2014
Kamino de estrellas*+...
Regresar a
caminos ya olvidados, por haber tomado atajos sin saber que son solo vueltas
para ganar nuevas herramientas. Volver,a veces pasa sin darnos cuenta y nos
sorprendemos de conocer ya el camino, a veces debemos hacer que suceda, cuando
el corazón nos lo recuerda, pues por algo tomamos ese camino en un primer
momento, si es un camino con corazón. Hoy vuelvo a este espacio olvidado, pues
es un espacio con corazón.
Me sucede que
camino muchos caminos al mismo tiempo, aunque algunos insisten en que eso no es
posible, yo lo vivo. Vuelvo a caminos antiguos mientras descubro nuevos.
He decidido
construirme “grande”, lo que para mí significa construirme con muchos senderos,
con muchas puertas, con muchos puentes, entre muchos portales. Y decidí
también, en esas ganas de ser grande, cumplir “misiones cósmicas”.Las llamo así
pues van más allá de mí, aunque no siempre las veo claramente, las entiendo o
las sé explicar. Sin embargo, la satisfacción al cumplirlas es tal, que cuando
llega una nueva no dudo en emprender el camino. Esta satisfacción también va
más allá de mí, no es felicidad, aunque me hace feliz, es una paz especial, una
paz espiritual. No es fácil que aparezcan estas misiones cósmicas, para
encontrarlas debo andar los caminos del corazón, debo dar pasos conectados al
espíritu de la existencia, y así convertir mi camino en un kamino de estrellas.
sábado, 12 de enero de 2013
arte de luna*+...
arte de vida... arte de luna.... arte de mujer.... porque la vida sin arte se muere..
Entendí una vez más cómo se cae el mundo cuando el útero se limpia, y cómo dejar ir es tan importante para poder construirse. Puede ser difícil. pero si logras matarlo todo, el fénix de vida tiene más fuerza, es más puro.
La luna, mi luna, me enseña muchísimo. En ese caerse del mundo, es como que todo se va y sólo existes tú, pero no eres nada, nada de lo que conoces, nada de lo que tienes, crees, sientes... sólo eres instante tras instante... Yo, particularmente, siento a veces que necesito matarlo todo un momento en mi cabeza, dejar que todo muera, soltarlo todo, no aferrarme a nada... eso me ayuda a lidiar con las intensidades que una empieza a sentir esos días... pero también me ayuda en la vida, porque sólo me quedo con mi ahora una y otra vez... y eso pone en perspectivas muchas cosas.
Gracias linda Luna, he aprendido a amarte*+...
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